MENOS GRASAS Y AZUCARES ,vitonica

                          

En los últimos 40 años, los índices de sobrepeso y obesidad en España se han ido disparando hasta alcanzar valores realmente preocupantes y, no sólo eso, sino que incluso entre las poblaciones más jóvenes cada día son más frecuentes enfermedades propias de la tercera edad como pueden ser la diabetes tipo II o, como recientemente hemos podido saber, niños en edades tempranas que deben someterse a operaciones de cadera por el sobrepeso.
Como sea que la obesidad se ha convertido casi en una cuestión de estado, el Ministerio de Sanidad ha querido lanzar el "Plan de Colaboración para la Mejora de la Composición de los Alimentos y Bebidas y Otras Medidas 2017-2020" con el que han querido adoptar una serie de medidas encaminadas a mejorar la salud de los españoles. ¿Funcionará?

El objetivo principal del plan

Atendiendo a los niveles de sobrepeso y obesidad que existen en España, el Ministerio de Sanidad ha querido lanzar este plan en el que se pretende que las industrias se comprometan a reducir las cantidades de azúcares, sal y grasas (especialmente de grasa saturada) de sus productos con la idea de llevar al mercado productos más sanos que los existentes en la actualidad.
Tabla2

Calidad nutricional de la dieta de los españoles

Uno de los puntos en los que hacen hincapié es en el empobrecimiento en cuanto a calidad nutricional se refiere del modelo alimenticio de los españoles, causado en gran medida por el aumento en el consumo de alimentos ultraprocesados y su elevado aporte calórico proveniente de azúcares y grasa saturada principalmente, y la pérdida como modelos de referencia de la famosa dieta mediterránea que se ha ido viendo relegada por estos productos.

Reformulación de ingredientes

Desde el año 2005, la industria alimentaria en España ha comenzado a realizar, impulsada principalmente por la estrategia NAOS de AECOSAN (Asociación Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición) una reformulación de los ingredientes de sus productos con la finalidad de reducir las elevadas cantidades de ingredientes como los azúcares o las grasas saturadas, sin que esto suponga un incremento de otros ingredientes menos saludables ni un empobrecimiento de la calidad del producto final.
La reformulación de los componentes de los productos ultraprocesados no es algo que pueda llevarse a cabo de la noche a la mañana, ya que para lograr un correcto proceso de reformulado se precisa de cierto tiempo de investigación para poder realizarlo acorde a las pautas marcadas en los diferentes planes de actuación y para que ello no suponga el incremento de otros ingredientes.

Los azúcares, las grasas y la sal, en el punto de mira

Azucares Anadidos
Si nos fijamos en todos los planes y medidas que los diferentes gobiernos han ido implementando, hay un nexo en común en todos ellos: los azúcares, las grasas (especialmente la grasa saturada) y la sal están en el punto de mira de todos ellos. En este caso, y debido a la gran cantidad de productos disponibles en el mercado, lo que se ha hecho ha sido agrupar los productos en 27 categorías (aperitivos, bebidas refrescantes, lácteos...) y de cada una de ellas seleccionar aquellos que tuvieron mayor volumen da facturación durante el año 2015.
Por este motivo, uno de los principales puntos en los que se ha hecho hincapié en este plan es en el compromiso de reducir alrededor de un 10% los azúcares añadidos para el año 2020 así como continuar con la reducción de la sal y las grasas (especialemente la saturada y las grasas trans) en varias categorías de alimentos.
Una de las medidas que se mencionan en el plan consiste en la reducción del tamaño de los sobres monodosis tanto de azúcar (pasarían de sobres de seis gramos a sobres de tres) y los sobres de sal (pasarían de dos gramos a uno).

Principales medidas adoptadas

Reducción de azúcares, grasas y sal

Grasas Saturadas
Atendiendo al contenido del plan de actuación y las medidas acordadas, el Ministerio de Sanidad pretende lograr la reducción de las cantidades de azúcares, grasas y sal. En el documento, disponible en la página web de AECOSAN, pueden verse todas las medidas adoptadas y suscritas para lograr la reducción de azúcares añadidos, grasas y sal del listado de productos (a partir de la página 55 del documento).
A continuación, presentamos algunos de los compromisos que tanto el Ministerio de Sanidad como las diferentes empresas han adquirido con la elaboración y firma del presente plan de mejorar de los alimentos y bebidas:
  • En los aperitivos salados, compromiso de reducir hasta un 10% las cantidades de sal y grasa saturada para el año 2020.
  • En productos de bollería/pastelería, compromiso de reducir hasta un 5% la presencia de azúcar y grasa saturada.
  • En los cereales infantiles para el desayuno, compromiso de reducir hasta un 10% la cantidad de azúcar añadido presente. Además, se propone un incremento de las cantidades de fibra en todos los tipos de cereales de desayuno.
  • En los derivados cárnicos (otro de los productos más criticados), compromiso de reducir entre un cinco y un 16% las cantidades de azúcar añadido y sal.
  • En los platos preparados, compromiso de reducir un 10% la cantidad de sal y grasa saturada principalmente.
  • En los lácteos, compromiso de reducir entre un tres y 10% la cantidad de azúcar.
  • En los refrescos tipo lima-limón, compromiso de reducir entre un ocho y un 12% la cantidad de azúcar presente y de hasta un 21% en las bebidas isotónicas. Además, se comprometen a no realizar ningún tipo de publicidad (más allá de la presente en el empaquetado del producto) a menores de doce años en televisión, medios impresos o internet.
Como podemos observar, existe por tanto un compromiso en firme para intentar lograr en el plazo de tres años una significativa reducción de las cantidades de azúcar añadido, grasas (especialmente la grasa saturada y la grasa trans) y la sal presentes en una amplia variedad de productos que las personas tendemos a consumir de forma casi diaria.

ANEDA y las máquinas de vending

Otro punto muy criticado han sido las famosas máquinas de vending presentes en infinidad de lugares, desde centros de ocio hasta colegios y hospitales. La principal crítica que se ha vertido sobre estas máquinas es la pobreza nutricional de los productos que en ella se ponen a disposición de los consumidores (o al menos hasta hace poco se hacía), entre los que primaban chocolates, aperitivos fritos y sandwiches, además de bebidas carbonatadas y energéticas.
En los últimos años tales han sido las críticas que han recibido que muchas de ellas han comenzado a incorporar (como puede verse en el vídeo de ANEDA) alternativas más saludables a su oferta: botellas de agua e incluso fruta, han comenzado a estar presentes en estas máquinas de venta.

Medidas para la hostelería

La hostelería, como no podía ser de otra forma, tampoco se ha quedado atrás, y por ello el sector también ha querido formar parte de este plan con el objetivo de reducir la ingesta calórica a través de medidas como la reducción del tamaño de las raciones o porciones servidas en los platos, aumentando la oferta semanal de platos de legumbres, a la plancha o al vapor o incrementando el número de días que se oferte a la semana la fruta como opción de postre (principalmente frutas de temporada).
Además, otra de las medidas estrella respecto al sector hostelero es el compromiso de aumentar de un diez a un 70% el número de empresas que ofrezcan formación a su personal nutrición y hábitos saludables de alimentación.
Otra medida, que hasta ahora era muy poco habitual ver en restaurantes y en el sector hostelero, es el aumento de la oferta de "platos para compartir" (otra forma de reducir la ingesta calórica si no quieren reducir el tamaño de las porciones servidas).

Aunque el lobo se vista de cordero...

Pero no debemos quedarnos única y exclusivamente con el buen sonido y las buenas intenciones que se extraen de este plan de actuación. Decimos esto, porque a pesar del compromiso de reducir ingredientes como el azúcar añadido o la grasa saturadas de numerosos productos del mercado, dichos productos no van a dejar de ser productos ultraprocesados con un ligero porcentaje menor de azúcar, grasa y sal.
Que en productos dirigidos a la población infantil, como por ejemplo las galletas de desayuno, estemos hablando de que cuentan con una cantidad de azúcares de 22 gramos por cada cien de producto y se comprometan a reducir esa cantidad hasta los 20'9 gramos, parece en un principio una reducción insuficiente, pues a pesar de ello los más pequeños seguirán consumiendo azúcares por encima de la cantidad recomendada. Y lo mismo ocurre, por ejemplo, con las palomitas de microondas (que pasarían de 13 gramos de grasa saturada a 11'7) o los helados infantiles (que pasarían de 18'9 gramos de azúcares añadidos a 18). Estas reducciones, viendo los índices de sobrepeso y obesidad y las ingentes cantidades de productos ultraprocesados que se consumen, parecen a priori insuficientes.

Lo que aún queda por hacer

Dados los distintos planes de actuación a lo largo de los últimos años y el incremento de los índices de obesidad en España, se antoja necesaria una intervención que consiga dar un giro de 180 grados en cuanto a la alimentación de la población española se refiere, y esto podría conseguirse si, desde las primeras etapas en la escuela, se introdujera una asignatura sobre nutrición en la que se fuera enseñando a los más pequeños qué alimentos deben evitarse y por qué, qué alimentos son los más adecuados para un buen desarrollo, etc...
Y hablamos de introducir la educación alimentaria como asignatura porque la otra gran medida que se podría adoptar, el abaratamiento de hortalizas, frutas, verduras y pescados (o el encarecimiento mediante impuestos de los productos ultraprocesados, habituales de la sección de ofertas al 3x2) no parece que vaya a producirse, ya que la industria (esa que tanto se preocupa por nuestra salud en este plan de actuación) no va a renunciar a reducir sus beneficios anuales.

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