ACIDO LACTICO
Juan Lara @juanlaraj
El ácido láctico o lactato es un compuesto químico que tiene un rol importante en el metabolismo anaeróbico. Esta molécula es muy nombrada en el mundo del deporte pero, ¿sabemos realmente qué es el ácido láctico y qué papel desempeña en nuestro organismo?
Durante muchos años se ha asociado al ácido láctico con el dolor causado por las agujetas, pero eso ya es un falso mito. Lo que sí es cierto es que el ácido láctico es un factor limitante de nuestro rendimiento deportivo.
Es decir, cuando hay un ejercicio de intensidad moderada-alta y corta duración, como puede ser correr 400-1000 metros a gran velocidad o levantar pesas con cargas submáximas, el organismo utiliza glucosa para obtener energía y la degrada hasta ácido láctico. Este compuesto, si no se retira o utiliza, comienza a influir en la fatiga del deportista.
Incluso haciendo ejercicio de baja intensidad, también se puede estar generando ácido láctico, pero su concentración es tan baja que no afecta. El problema se produce cuando generamos tanto ácido láctico que el organismo no es capaz de retirarlo o reutilizarlo, ahí es cuando notamos que aparece la fatiga en ejercicios intensos.
Cuando hay mucho ácido láctico se inhiben algunas enzimas anaeróbicas, por lo que no somos capaces de seguir produciendo energía por esta vía y nuestros músculos se quedan sin energía. Un exceso de ácido láctico también afecta al metabolismo del calcio en el músculo, por lo que se ve reducida la capacidad de contracción de muchas fibras musculares.
En definitiva, un exceso de ácido láctico es un entorno hostil para la contracción muscular, que ve como ni le llega energía ni muchas de sus fibras pueden contraerse. Como veremos más adelante, cada persona tiene un umbral para esta acumuluación de ácido láctico y, en el deportista, cuanto más alto ese umbral, mejor, ya que retrasaremos la aparición de la fatiga. Y sí, este umbral también se puede entrenar.
Además del ciclo de Cori en el hígado, el ácido láctico también puede ir a tejidos como el corazón y los riñones para allí, también transformarse en energía. Estos procesos son más eficientes cuando ya hemos cesado el ejercicio, pero en personas entrenadas se tiene mayor capacidad de reutilizar el ácido láctico por estas vías cuando se está en situación de esfuerzo.
Como hemos dicho anteriormente, la acumulación de ácido láctico es un factor limitante del rendmiento, pero se puede entrenar. Esto está directamente relacionado con lo que se conoce com el umbral de lactato: punto en el lactato comienza a acumularse de forma notable por encima de los niveles de reposo cuando estamos haciendo ejercicio. A más intensidad de ejercicio, mayor lactato se empezará a acumular.
Lo que se pretende con algunos entrenamientos es mejorar ese umbral de lactato, es decir, retrasar el punto en el que ese lactato comienza a acumularse y aparece la fatiga. Esto supondría, por ejemplo, poder correr a mayor velocidad sin que el lactato se acumule por encima de niveles tolerables, puediendo soportar esa intensidad del entrenamiento sin que aparezca fatiga.
¿Qué tipo de entrenamientos ayudan a mejorar el umbral de lactato? aquellos entrenamientos a intensidades altas, como las series cortas, en las que se acumula el lactato pero luego tenemos descansos para recuperar. Si queremos mejorar el umbral de lactato, debemos de trabajar bajo los efectos del lactato para que nuestro metabolismo se adapte a él (lo tolere mejor y lo utilice y quite de en medio más rápidamente).
El umbral de lactato tiene una consecuencia importante y es que dos personas con igual consumo de oxígeno (VO2 max), pueden tener un rendimiento muy diferente en función de su umbral de lactato. Si uno tiene el umbral al 85% de su VO2 max, tendrá mayor rendimiento que si el otro lo tiene al 75%.
Para que os hagáis una idea, en personas que no entrenan, ese umbral de lactato está entre el 50%-60% de su VO2 max., mientras que en sujetos entrenados el umbral se situa entre el 70-85% del VO2 max. En los no entrenados, cuando están haciendo ejercicio a la mitad de la intensidad máxima que pueden tolerar, ya comienzan a fatigarse, mientras que en los entrenados necesitan estar al 80% de su intensidad máxima para notar la fatiga.
Sin duda, el ácido láctico es una molécula muy importante en el mundo del rendimiento deportivo.
Durante muchos años se ha asociado al ácido láctico con el dolor causado por las agujetas, pero eso ya es un falso mito. Lo que sí es cierto es que el ácido láctico es un factor limitante de nuestro rendimiento deportivo.
¿Cómo se genera el ácido láctico?
El ácido láctico es un compuesto químico resultante de la utilización de glucosa como combustible en ausencia de oxígeno (esto se da en ejercicios de intensidad y media duración). De hecho, esta molécula es la que marca las dos vías energéticas cuando el organismo no dispone de oxígeno para obtener energía: anaeróbica aláctica y anaeróbica láctica.Es decir, cuando hay un ejercicio de intensidad moderada-alta y corta duración, como puede ser correr 400-1000 metros a gran velocidad o levantar pesas con cargas submáximas, el organismo utiliza glucosa para obtener energía y la degrada hasta ácido láctico. Este compuesto, si no se retira o utiliza, comienza a influir en la fatiga del deportista.
¿Cómo afecta el ácido láctico a la fatiga?
Cuando hay mucho ácido láctico se inhiben algunas enzimas anaeróbicas, por lo que no somos capaces de seguir produciendo energía por esta vía y nuestros músculos se quedan sin energía. Un exceso de ácido láctico también afecta al metabolismo del calcio en el músculo, por lo que se ve reducida la capacidad de contracción de muchas fibras musculares.
En definitiva, un exceso de ácido láctico es un entorno hostil para la contracción muscular, que ve como ni le llega energía ni muchas de sus fibras pueden contraerse. Como veremos más adelante, cada persona tiene un umbral para esta acumuluación de ácido láctico y, en el deportista, cuanto más alto ese umbral, mejor, ya que retrasaremos la aparición de la fatiga. Y sí, este umbral también se puede entrenar.
El ácido láctico como combustible: el ciclo de Cori
El ácido láctico no es una molécula de desecho como podemos pensar. Se puede reutilizar como combustible en el hígado mediante el ciclo de Cori. En este ciclo metabólico, el ácido láctico resultante del metabolismo de la glucosa del músculo, pasa al hígado para allí formar glucosa de nuevo. Esto es lo que se conoce en como gluconeogénesis.Además del ciclo de Cori en el hígado, el ácido láctico también puede ir a tejidos como el corazón y los riñones para allí, también transformarse en energía. Estos procesos son más eficientes cuando ya hemos cesado el ejercicio, pero en personas entrenadas se tiene mayor capacidad de reutilizar el ácido láctico por estas vías cuando se está en situación de esfuerzo.
Soportar el ácido láctico se puede entrenar
Lo que se pretende con algunos entrenamientos es mejorar ese umbral de lactato, es decir, retrasar el punto en el que ese lactato comienza a acumularse y aparece la fatiga. Esto supondría, por ejemplo, poder correr a mayor velocidad sin que el lactato se acumule por encima de niveles tolerables, puediendo soportar esa intensidad del entrenamiento sin que aparezca fatiga.
¿Qué tipo de entrenamientos ayudan a mejorar el umbral de lactato? aquellos entrenamientos a intensidades altas, como las series cortas, en las que se acumula el lactato pero luego tenemos descansos para recuperar. Si queremos mejorar el umbral de lactato, debemos de trabajar bajo los efectos del lactato para que nuestro metabolismo se adapte a él (lo tolere mejor y lo utilice y quite de en medio más rápidamente).
El umbral de lactato tiene una consecuencia importante y es que dos personas con igual consumo de oxígeno (VO2 max), pueden tener un rendimiento muy diferente en función de su umbral de lactato. Si uno tiene el umbral al 85% de su VO2 max, tendrá mayor rendimiento que si el otro lo tiene al 75%.
Para que os hagáis una idea, en personas que no entrenan, ese umbral de lactato está entre el 50%-60% de su VO2 max., mientras que en sujetos entrenados el umbral se situa entre el 70-85% del VO2 max. En los no entrenados, cuando están haciendo ejercicio a la mitad de la intensidad máxima que pueden tolerar, ya comienzan a fatigarse, mientras que en los entrenados necesitan estar al 80% de su intensidad máxima para notar la fatiga.
Sin duda, el ácido láctico es una molécula muy importante en el mundo del rendimiento deportivo.
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