DROGAS TOLERANCIA CERO,6

28/11/2012
Drogas, Tolerancia Cero/ Nota 6
Tomar conciencia es la meta y para lograrlo, el primer paso es el conocimiento y la información
Por Omar Romano Sforza y María Eugenia Plano En el marco de una sociedad que tiende a una mayor permeabilidad en la aceptación del consumo de drogas, crecen los índices de consumo. Las razones de una mayor tolerancia parecerían ser funcionales a un negocio multimillonario que ha incrementado el número de muertes y enfermedades asociadas a la adicción y, a nivel social ha sumado más violencia social e inseguridad.
La resignación o tolerancia acerca de la preponderancia de las drogas como la adicción del siglo XXI deja un saldo negativo. Tomar conciencia es la meta y para lograrlo, el primer paso es el conocimiento y la información. En la Argentina las drogas que encabezan el ranking del consumo son la marihuana y la cocaína, pero en el país es alarmante el surgimiento y la prevalencia del uso de dos estupefacientes que se tienen una historia de tan sólo una década: la ketamina y el paco o pasta base.
Ketamina
El Reporte Mundial de Drogas 2012, elaborado por la Organización de Naciones Unidas, advirtió que Argentina y Uruguay presentan los mayores porcentajes en Latinoamérica sobre consumo de ketamina.
En su informe la ONU resaltó su preocupación extrema por el crecimiento de este tipo de droga en el país. Y no es la primera vez que este organismo internacional realiza una advertencia en torno al incremento del índice de consumo de ketamina en el país, desde el 2010 lo realiza de forma sostenida.
Fue ese mismo año que el Gobierno nacional hizo una especial referencia a la necesidad de rotular a este tipo de droga de diseño dentro de las sustancias ilegales y prohibidas para su venta y consumo. Además, de la información aportada por la ONU el decreto presidencial respondió a un pedido de la Policía Federal que comprobó una relación cada vez más frecuente entre el uso de la ketamina y las violaciones, ya que deja a la víctima en estado de total inconsciencia e indefensión y por lo tanto más vulnerable a todo tipo de vejaciones físicas.
Efecto de muerte
El clorhidrato de ketamina es un anestésico intravenoso que se utiliza en medicina y veterinaria desde los años setenta. Al igual que en el caso del éxtasis forma parte del grupo de drogas conocidas como de “diseño” y comenzó a comercializarse en durante la década del ´90 en Inglaterra en el marco de la cultura rave que propone mantenerse despierto y “motivado” en el marco de un evento, que puede alcanzar una duración de 24hs.
Su efecto se percibe a los diez minutos posteriores a su ingesta y se asemeja al de un anestésico utilizado en intervenciones quirúrgicas produciendo así concentraciones plasmáticas similares a las que tiene un paciente al salir del estado de anestesia.
Es decir, quien se encuentra bajo el efecto de la ketamina padece una disociación entre el cuerpo y la mente, suspensión del tiempo y alucinaciones visuales y auditivas. Lo más paradójico y representativo del consumo de este tipo de drogas es que quien la utiliza confiesa que sus manifestaciones se parecen a una “experiencia de muerte”. Todo un símbolo que habla por si mismo, el adicto o usuario de ketamina la usa para encontrar un efecto parecido a “estar muerto en vida“.
Con respecto a sus riesgos para la salud, este tipo de estupefaciente puede provocar pérdida de conocimiento y en dosis altas genera convulsiones, derrame cerebral, asfixia y paro cardíaco.
La ketamina se utiliza en el marco de ámbitos ligados a la nocturnidad y la diversión, pero la intención consciente o inconsciente de su consumidor es experimentar la sensación de muerte. La ketamina simboliza en sus efectos lo más representativo del alma de las drogas, un camino irreversible.
Paco
Si bien la ketamina y la pasta base difieren en su composición, se asemejan en el efecto buscado. Ambas son drogas cuyo uso genera un estado de muerte en vida.
El paco es la droga que mayor crecimiento exponencial ha tenido en la Argentina de los últimos 10 años. Su consumo se incrementó un 200% y sus principales víctimas son los niños y adolescentes de las villas de emergencia más pobres de todo el país.
Según la última encuesta realizada por el SEDRONAR el 2,5% de los estudiantes de las escuelas secundarias probaron pasta base alguna vez en su vida y el 1,4% consumió en el último año. Aunque todas las drogas comportan un grave peligro para la salud física y mental, el paco fue clasificada por los especialistas como el tipo de estupefaciente con mayor incidencia en el índice de fallecimientos por consumo de sustancias ilegales. La razón de su letalidad radica en su composición misma.
La pasta base se elabora a partir del desecho del clorhidrato de cocaína al cual se le añaden solventes, querosén, ácido sulfúrico, analgésicos, antitérmicos y sustancias psicotrópicas. La combinación de estos componentes sumado al carácter extremadamente adictivo que comporta el consumo de paco, genera en tan sólo pocos meses el surgimiento de enfisema pulmonar y a nivel neurológico los daños son irreparables.
El consumo de pasta base daña el lóbulo frontal del cerebro, área responsable de la conducta y por lo tanto, delimitante de los impulsos y de la distinción entre el bien y el mal. Es decir, las consecuencias de la adicción al paco son la completa pérdida de los parámetros éticos y morales que rigen la base de toda sociedad y la interacción con el entorno, y por lo tanto los adictos a este tipo de droga pierden noción del alcance de sus actos sin ni siquiera percibirlo.
Euforia, depresión, ansiedad y adicción
El paco provoca una adicción irrefrenable y en promedio pueden llegar a comprar 15 dosis por día. Su efecto sólo dura 5 minutos y se encuentra compuesto por distintos estadios. A los pocos segundos de su consumo el adicto experimenta euforia y desinhibición pero este estado es inmediatamente acompañado por el efecto contrario: angustia, depresión e inseguridad. Estos sentimientos negativos provocan un alto grado de ansiedad y un deseo irrefrenable de consumir nuevamente para recuperar el estado de euforia inicial.
El proceso transcurre en pocos minutos y tras una sucesiva cantidad de dosis el adicto a la pasta base experimenta, en tan sólo 1 día: agitación, agresividad, alucinaciones y episodios psicóticos que pueden impulsarlo a cualquier acto que lesione su propia integridad física o la de terceros, sin ninguna limitación que detenga su conducta.
Es un camino hacia la muerte en su máxima expresión, el final propio y también el de su prójimo. La droga nada tiene de inofensiva, literalmente provoca lo peor del ser humano, lo deshumaniza, lo convierte en una mercancía capaz de eliminarse a si misma.
Información para tomar conciencia, este debería ser el primer paso para prevenir el consumo y la adicción.
Por Omar Romano Sforza y María Eugenia Plano

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