OIDO Y MEMORIA
CNN) — Los adultos mayores con pérdida auditiva presentan una disminución acelerada de las capacidades de pensamiento y memoria, en comparación con sus pares que tienen una audición normal, según un estudio reciente.
Aquellos con pérdida auditiva experimentan una disminución de 30 a 40% mayor en las habilidades cognitivas, comparados con sus contrapartes sin pérdida auditiva, según los resultados publicados este lunes en JAMA Archives of Internal Medicine.
La pérdida auditiva afecta a aproximadamente dos terceras partes de los mayores de 69 años y a aproximadamente una tercera parte de los adultos menores de 60 años, de acuerdo con el autor principal del estudio, el médico Frank R. Lin, de la Universidad John Hopkins, en Estados Unidos.
Una gran cantidad de personas con pérdida auditiva no recibe tratamiento médico porque asocian la pérdida auditiva con el estigma del envejecimiento, explicó Lin.
Hace aproximadamente dos años Lin y sus colegas publicaron un artículo que mostraba que la pérdida auditiva estaba asociada con un riesgo mayor de desarrollar demencia. “Afortunadamente la mayoría de nosotros jamás desarrollará demencia, pero la mayoría de nosotros experimentará algún tipo de deterioro cognitivo con el tiempo”, explicó Lin.
En lugar de examinar la pérdida auditiva y la demencia, los investigadores estudiaron a personas con función cognitiva normal para determinar si las personas con pérdida auditiva tenían distintas tasas de disminución de la memoria y del pensamiento en contraste con las personas con audición normal.
Se prevé que, a medida que la población envejece, aumenten las tasas de demencia, pero identificar los factores que contribuyen al deterioro cognitivo y a la demencia en adultos mayores podría ayudar a idear formas de retrasar y tratar el deterioro cerebral, explican los investigadores.
Los investigadores estudiaron a aproximadamente 2,000 adultos mayores inscritos en un estudio a largo plazo que comenzó en 1997. Todos los sujetos incluidos en el estudio no tenían demencia o deterioro cognitivo. Cada sujeto pasó por una evaluación audiométrica realizada en una cabina de aislamiento de sonido, que Lin describe como “el estándar de oro” para las pruebas de audición.
También examinaron sus capacidades cognitivas, de memoria y de toma de decisiones. Ambas pruebas fueron repetidas en tres, cinco y seis años, y los investigadores registraron la disminución promedio en las capacidades de memoria y pensamiento, y compararon a las personas con audición normal con los de audición disminuida.
“Las personas con pérdida auditiva tenían una ritmo más acelerado de deterioro mental en comparación con las personas con audición normal (…) y mientras mayor es el ritmo de pérdida auditiva, más rápido es el deterioro de la memoria y del pensamiento”, dijo Lin. A las personas con pérdida auditiva les tomó 7.7 años desarrollar una pérdida de cinco puntos en las capacidades de pensamiento, en comparación con los 10.9 años para las personas con audición normal.
¿Por qué ocurre esto? Lin dijo que no hay una explicación definitiva y que se le podrían atribuir varias causas. La cóclea es la parte del oído interno que convierte los sonidos en señales, las cuales se transmiten al cerebro, que las decodifica e interpreta para que lo que escuchamos tenga sentido.
Cuando las personas presentan pérdida auditiva se debe a que la cóclea no está convirtiendo correctamente, así que las personas escuchan una señal distorsionada. Lin lo describió como una mala conexión telefónica.
Una teoría es que “si el cerebro dedica recursos extra para intentar escuchar lo que ocurre, probablemente le quite recursos a otras partes del cerebro, como el pensamiento y la memoria”, explicó Lin.
Una segunda explicación, ejemplificada con el uso de teléfonos celulares, es que las personas que experimentan una recepción pésima terminan desconectándose, porque intentar escuchar la llamada es un esfuerzo excesivo. Esta explicación se apoya en la noción de que el aislamiento social tiene efectos negativos en la salud, incluyendo el aumento de enfermedades y tasas de mortalidad, y un aumento en el deterioro cognitivo y la demencia.
Una tercera explicación posible es que algún mecanismo en el cerebro afecta tanto a la audición como a la función cerebral. Lin dijo que es probable que la pérdida auditiva y el deterioro cerebral sean causados por estos tres factores.
También reconoció que en su estudio no tomaron en cuenta algunos factores como el proceso inflamatorio o la edad de las mitocondrias (las fabricantes de energía de las células).
Lin cree que la gran pregunta en salud pública es si tratar la pérdida auditiva tendrá un impacto en la función cerebral y disminución de la memoria.
Aquellos con pérdida auditiva experimentan una disminución de 30 a 40% mayor en las habilidades cognitivas, comparados con sus contrapartes sin pérdida auditiva, según los resultados publicados este lunes en JAMA Archives of Internal Medicine.
La pérdida auditiva afecta a aproximadamente dos terceras partes de los mayores de 69 años y a aproximadamente una tercera parte de los adultos menores de 60 años, de acuerdo con el autor principal del estudio, el médico Frank R. Lin, de la Universidad John Hopkins, en Estados Unidos.
Una gran cantidad de personas con pérdida auditiva no recibe tratamiento médico porque asocian la pérdida auditiva con el estigma del envejecimiento, explicó Lin.
Hace aproximadamente dos años Lin y sus colegas publicaron un artículo que mostraba que la pérdida auditiva estaba asociada con un riesgo mayor de desarrollar demencia. “Afortunadamente la mayoría de nosotros jamás desarrollará demencia, pero la mayoría de nosotros experimentará algún tipo de deterioro cognitivo con el tiempo”, explicó Lin.
En lugar de examinar la pérdida auditiva y la demencia, los investigadores estudiaron a personas con función cognitiva normal para determinar si las personas con pérdida auditiva tenían distintas tasas de disminución de la memoria y del pensamiento en contraste con las personas con audición normal.
Se prevé que, a medida que la población envejece, aumenten las tasas de demencia, pero identificar los factores que contribuyen al deterioro cognitivo y a la demencia en adultos mayores podría ayudar a idear formas de retrasar y tratar el deterioro cerebral, explican los investigadores.
Los investigadores estudiaron a aproximadamente 2,000 adultos mayores inscritos en un estudio a largo plazo que comenzó en 1997. Todos los sujetos incluidos en el estudio no tenían demencia o deterioro cognitivo. Cada sujeto pasó por una evaluación audiométrica realizada en una cabina de aislamiento de sonido, que Lin describe como “el estándar de oro” para las pruebas de audición.
También examinaron sus capacidades cognitivas, de memoria y de toma de decisiones. Ambas pruebas fueron repetidas en tres, cinco y seis años, y los investigadores registraron la disminución promedio en las capacidades de memoria y pensamiento, y compararon a las personas con audición normal con los de audición disminuida.
“Las personas con pérdida auditiva tenían una ritmo más acelerado de deterioro mental en comparación con las personas con audición normal (…) y mientras mayor es el ritmo de pérdida auditiva, más rápido es el deterioro de la memoria y del pensamiento”, dijo Lin. A las personas con pérdida auditiva les tomó 7.7 años desarrollar una pérdida de cinco puntos en las capacidades de pensamiento, en comparación con los 10.9 años para las personas con audición normal.
¿Por qué ocurre esto? Lin dijo que no hay una explicación definitiva y que se le podrían atribuir varias causas. La cóclea es la parte del oído interno que convierte los sonidos en señales, las cuales se transmiten al cerebro, que las decodifica e interpreta para que lo que escuchamos tenga sentido.
Cuando las personas presentan pérdida auditiva se debe a que la cóclea no está convirtiendo correctamente, así que las personas escuchan una señal distorsionada. Lin lo describió como una mala conexión telefónica.
Una teoría es que “si el cerebro dedica recursos extra para intentar escuchar lo que ocurre, probablemente le quite recursos a otras partes del cerebro, como el pensamiento y la memoria”, explicó Lin.
Una segunda explicación, ejemplificada con el uso de teléfonos celulares, es que las personas que experimentan una recepción pésima terminan desconectándose, porque intentar escuchar la llamada es un esfuerzo excesivo. Esta explicación se apoya en la noción de que el aislamiento social tiene efectos negativos en la salud, incluyendo el aumento de enfermedades y tasas de mortalidad, y un aumento en el deterioro cognitivo y la demencia.
Una tercera explicación posible es que algún mecanismo en el cerebro afecta tanto a la audición como a la función cerebral. Lin dijo que es probable que la pérdida auditiva y el deterioro cerebral sean causados por estos tres factores.
También reconoció que en su estudio no tomaron en cuenta algunos factores como el proceso inflamatorio o la edad de las mitocondrias (las fabricantes de energía de las células).
Lin cree que la gran pregunta en salud pública es si tratar la pérdida auditiva tendrá un impacto en la función cerebral y disminución de la memoria.
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