ALIMENTOS FUNCIONALES

19/4/2013
Alimentos que previenen enfermedades
Los alimentos funcionales aportan sustancias con funciones fisiológicas definidas, brindando beneficios para la salud de quien los consume
La alimentación es el valor agregado de una vida óptima y saludable. Si bien los alimentos no son los responsables de curar enfermedades, sí son fundamentales para la prevención de enfermedades y la optimización de la calidad de vida.
La información sobre cuáles son los productos alimenticios que estimulan y promueven un buen estado físico y mental es la clave para prevenir futuras dolencias o patologías.
La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) sintetiza las cualidades preventivas en un único concepto: alimentos funcionales. Bajo este rótulo, se encuadran todos los productos alimenticios que poseen un efecto benéfico sobre una o varias funciones del organismo, más allá de los efectos nutricionales habituales y conocidos.
Los alimentos funcionales aportan sustancias con funciones fisiológicas definidas, brindando beneficios para la salud de quien los consume.
La ANMAT destacó que para cumplir con estas funciones los productos se definen por su composición o ingredientes. Así, los alimentos funcionales son aquellos que contienen vitaminas A, B, C y D, como compuestos orgánicos esenciales para el organismo en la regulación de procesos metabólicos.
También, los minerales son fundamentales ya que aportan calcio, hierro, fósforo, magnesio, selenio, boro, cromo, cobre, níquel y zinc. Pero, específicamente ¿cuáles son las enfermedades que previenen los alimentos funcionales? La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica estableció que el consumo de estos productos alimenticios en una dieta variada, y regulada por un profesional nutricionista, impactan de manera favorable en la salud favoreciendo la salud gastrointestinal y la producción de las vitaminas B 12 y K; bloquean la absorción de colesterol; controlan los niveles de triglicéridos y reducen la viscosidad de la sangre y previenen las caries, entre otros beneficios.
Lácteos, huevos y pollo, los productos claves
Los alimentos funcionales se encuentran al alcance de todos y su consumo es fundamental para mejorar las funciones del organismo. Entre este grupo de productos se encuentran los lácteos enriquecidos con vitaminas y minerales. También, los yogures con probióticos; es decir, con microorganismos vivos que, al ser ingeridos en cantidades suficientes, ejercen un efecto positivo en la flora intestinal, como el lactobacillus acidophillus.
Otro de los alimentos protagonistas en la prevención de enfermedades es el huevo ya que contiene una multiplicidad de vitaminas y componentes esenciales para la prevención de enfermedades. Por ejemplo, posee carotenoides, específicamente xantófilas (Luteína y Zeaxantina) que evitan la degeneración macular relacionada con la edad. Investigaciones recientes han demostrado que intervendrían en una disminución del riesgo de cataratas impactando favorablemente sobre la función visual.
La colina es una de las sustancias especiales propias del huevo y su principal beneficio sobre la salud es su acción en el desarrollo del cerebro y el sistema nervioso. Por ello, es fundamental su consumo en mujeres embarazadas, niños y adultos mayores, ya que en esta etapa etárea incrementa el funcionamiento de la memoria en un 50%.
El huevo también posee sustancias antioxidantes, tales como flavonoides, vitamina E, zinc y selenio que previenen enfermedades cardiovasculares, cáncer y patologías neuronales. Los antioxidantes fundamentalmente, evitan que los radicales libres -moléculas que producen las células- se combinen con el oxígeno del organismo para oxidar los tejidos y de esa forma provocar este tipo de enfermedades.
Uno de los alimentos más completos en la prevención de enfermedades es el pollo. La carne de ave posee un alto contenido de proteínas de alta calidad vitaminas B1, B2, B3, B6 y ácido fólico. Además, es una buena fuente de fósforo, hierro y potasio y, contiene grasas buenas que protegen al organismo de patologías cardíacas.
El consumo de pollo es fundamental para la optimización de la salud. Por ejemplo, consumir una pechuga de ave aporta al organismo el 30% de los requerimientos diarios de proteínas, y sólo el 5% de las kilocalorías de una dieta estándar. Su escaso contenido graso es funcional a una dieta saludable y además es un alimento indicado para pacientes con hipertensión, colesterol total elevado y altos niveles de triglicéridos. Además, la carne de ave es rica en vitaminas. Contiene vitamina B1, beneficiosa para el sistema nervioso; B2, que contribuye a la reproducción celular y a mantener sanas piel, uñas y cabello; la B3, que transforma en energía de lo que comemos; y la B6, que contribuye a la formación de glóbulos rojos.
Otra de las mayores cualidades del pollo es su alto aporte de ácido fólico, que contribuye a la prevención de enfermedades cardíacas y en mujeres embarazadas, previene defectos en el tubo neural del bebé.
Los alimentos funcionales son imprescindibles para la optimización de la salud y la calidad de vida, incorporarlos a la dieta es una misión posible y fundamental para vivir mejor.
www.vidapositiva.com | Eugenia Plano

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