NEUROCIENCIA ,MALESTARES FISICOS
La salud es el bienestar del cuerpo y la mente. Cuando el cuerpo está sano y en armonía, también lo está la mente, puesto que están conectados. Es por eso que si padeces de malestares físicos, es muy probable que sufras además de problemas emocionales y mentales como la ansiedad y la depresión.
La salud del cuerpo no puede separarse de la salud de la mente y viceversa. El ser humano es el conjunto de esas dos entidades y cuando una se afecta, la otra irremediablemente también sufre las consecuencias. Ponte a pensar: si estás triste, tal vez te empiece a doler el estómago o termines tu día con un fuerte dolor de cabeza. Si tienes mucho trabajo, tal vez tu espalda no te deje dormir porque se pone muy tensa. Si algo te preocupa, es probable que no puedas conciliar el sueño y el cansancio te pase su factura.
De la misma manera, cuando tienes una molestia física, se manifiesta en tu salud mental. Por ejemplo, si te duele mucho la mano porque tienes síndrome de túnel carpiano, puedes empezar a sufrir de ansiedad y depresión porque piensas que ese dolor puede afectar tu capacidad de trabajar, entre otras cosas. Puede ser que si tus ojos empiezan a fallar, te sientas triste y deprimido(a) porque te imaginas que en poco tiempo no vas a poder disfrutar de un buen libro o apreciar las cosas lindas de la vida que se presentan ante nuestros ojos. Si te lesionas una pierna, te va a deprimir el hecho de que ya no puedes salir a correr o jugar al fútbol.
Pero más allá de que la conexión cuerpo-mente sea indiscutible, un estudio reciente reafirma la relación con una prueba estadística. Según los investigadores de la Universidad Estatal de Ohio en Estados Unidos, “las personas con problemas de salud física que van desde dolor de espalda hasta cáncer, tienen tres veces más probabilidades de buscar atención de salud mental que aquéllas que no padecen de estas condiciones”.
Como la ciencia se basa en los hechos que se pueden demostrar, tal vez ahora que hay un número que indica estas probabilidades, se puedan orientar los esfuerzos a que a los pacientes se les atienda de manera integral. Es decir, que si por ejemplo están en tratamiento para el cáncer, también sean remitidos para ser tratados para sus trastornos emocionales debido al impacto de esta enfermedad en sus vidas.
Además, este estudio indica que se pueden tomar medidas para ahorrar costos en el sistema médico al identificar problemas de salud mental con anticipación, antes de que se hagan más graves.
Este estudio salió publicado hace poco en la revista Health Services Research en su edición en Internet.
Si tú o alguien querido tiene alguna molestia física, no dejes de lado el bienestar emocional y mental. Pide ayuda a tu médico, él o ella te puede referir a un especialista y desde luego, apóyate en tus familiares y amigos. Tu estado de ánimo y el hecho de que te mantengas positivo y optimista también ayuda a la recuperación de una enfermedad física.
La salud del cuerpo no puede separarse de la salud de la mente y viceversa. El ser humano es el conjunto de esas dos entidades y cuando una se afecta, la otra irremediablemente también sufre las consecuencias. Ponte a pensar: si estás triste, tal vez te empiece a doler el estómago o termines tu día con un fuerte dolor de cabeza. Si tienes mucho trabajo, tal vez tu espalda no te deje dormir porque se pone muy tensa. Si algo te preocupa, es probable que no puedas conciliar el sueño y el cansancio te pase su factura.
De la misma manera, cuando tienes una molestia física, se manifiesta en tu salud mental. Por ejemplo, si te duele mucho la mano porque tienes síndrome de túnel carpiano, puedes empezar a sufrir de ansiedad y depresión porque piensas que ese dolor puede afectar tu capacidad de trabajar, entre otras cosas. Puede ser que si tus ojos empiezan a fallar, te sientas triste y deprimido(a) porque te imaginas que en poco tiempo no vas a poder disfrutar de un buen libro o apreciar las cosas lindas de la vida que se presentan ante nuestros ojos. Si te lesionas una pierna, te va a deprimir el hecho de que ya no puedes salir a correr o jugar al fútbol.
Pero más allá de que la conexión cuerpo-mente sea indiscutible, un estudio reciente reafirma la relación con una prueba estadística. Según los investigadores de la Universidad Estatal de Ohio en Estados Unidos, “las personas con problemas de salud física que van desde dolor de espalda hasta cáncer, tienen tres veces más probabilidades de buscar atención de salud mental que aquéllas que no padecen de estas condiciones”.
Como la ciencia se basa en los hechos que se pueden demostrar, tal vez ahora que hay un número que indica estas probabilidades, se puedan orientar los esfuerzos a que a los pacientes se les atienda de manera integral. Es decir, que si por ejemplo están en tratamiento para el cáncer, también sean remitidos para ser tratados para sus trastornos emocionales debido al impacto de esta enfermedad en sus vidas.
Además, este estudio indica que se pueden tomar medidas para ahorrar costos en el sistema médico al identificar problemas de salud mental con anticipación, antes de que se hagan más graves.
Este estudio salió publicado hace poco en la revista Health Services Research en su edición en Internet.
Si tú o alguien querido tiene alguna molestia física, no dejes de lado el bienestar emocional y mental. Pide ayuda a tu médico, él o ella te puede referir a un especialista y desde luego, apóyate en tus familiares y amigos. Tu estado de ánimo y el hecho de que te mantengas positivo y optimista también ayuda a la recuperación de una enfermedad física.
Comentarios
Publicar un comentario