DUCHA FRIA O CALIENTE
Ventajas y desventajas de las duchas frías y calientes, ¿cuáles son mejores?
Interesante pregunta. Partamos de la base de que las duchas frías, y sobre todo en invierno, son para los más valientes. Pero más allá de demostrar sus valor, ¿tienen las duchas frías sus ventajas? ¿Y sus inconvenientes? Vamos a intentar responder a estas y otras preguntas para que decidas por ti mismo qué tipo de ducha es mejor.
Ducharse con agua fría te pone las pilas
Existe mucha información en internet sobre las ventajas de las duchas con agua fría. Una de las más claras es que el agua fría nos ayuda a espabilarnos y nos pone las pilas.
Una ducha fría por las mañanas espabila mejor que cualquier café
Las duchas calientes nos relajan
Por otro lado, las duchas calientes tienen un efecto relajante que nos ayuda a dormir y descansar mejor. Esto es así porque justo antes de irnos a la cama es cuando el cuerpo tiene la temperatura más alta. Es entonces cuando nos empieza a entrar el sueño.Una vez dormidos, el cuerpo comienza a bajar de temperatura, liberando calor a través de los vasos capilares de la piel hacia el exterior. Por eso una ducha caliente un rato antes de irnos a dormir nos ayuda a dormirnos antes y descansar.
El efecto del agua fría y caliente en nuestra piel
El agua fría tiene un efecto vasoconstrictor (contrae los vasos capilares) que se refleja también en la piel y el pelo: los poros se cierran y los vasos capilares se contraen. Esto da a la piel un aspecto más uniforme y reduce la caída del cabello.El agua fría y el estrés
La exposición prolongada al agua fría hace al cuerpo desarrollar una respuesta contra el cortisol y el estrés
Pero algunos estudios han demostrado que la exposición prolongada al agua fría ayuda al cuerpo a desarrollar una respuesta contra el cortisol y el estrés, de forma que las personas que pasan tiempo en agua fría (deportistas acuáticos, por ejemplo) tienen mayores niveles de sustancias antioxidantes que combaten el envejecimiento prematuro.
Beneficios del calor y el frío para los músculos
Parece que ambas opciones tienen sus beneficios musculares. Por un lado, el agua caliente ablanda los tejidos y favorece la relajación muscular, especialmente en casos de lesión, donde se aplican toallas y compresas calientes. Una ducha caliente puede aportar beneficios similares incluso cuando no hay lesión.Por otro lado, el agua fría podría conseguir la misma relajación muscular por otro camino: reducción del ritmo cardíaco, de la inflamación y de la circulación sanguínea. Por eso los deportistas se dan baños de hielo o de agua muy fría de forma habitual tras sus entrenamientos.
Otros supuestos beneficios (no probados)
Las duchas de agua fría han sido reivindicadas por muchos supuestos efectos beneficiosos, pero algunos de ellos no han sido todavía probados de forma sólida.Otro de esos supuestos beneficios es que fortalece el sistema inmune. Varios estudios apuntan en esta dirección, pero pocos se han hecho con humanos en situaciones similares a las de una ducha diaria. Algunos han extraído sus conclusiones estudiando a nadadores profesionales, y otros con los resultados de exponerse al frío y no tanto al agua fría. Eso quiere decir que aunque la hipótesis no se puede descartar, hace falta más información para confirmarla, y en caso de hacerlo, determinar en qué condiciones se daría esa mejora para el sistema inmune.
¿Las duchas con agua fría adelgazan?
Este es un punto clave porque corre mucha información incompleta al respecto. La respuesta, de nuevo, es que parece que sí, que las duchas de agua fría favorecen la quema de grasa, pero siguen haciendo falta más evidencias que lo confirmen.
Al someter al cuerpo a temperaturas bajas se favorece la termogénesis
Por otro, parece que las duchas de agua fría favorecen la movilización y el consumo de la grasa marrón, que es la grasa que el cuerpo acumula como reservas de energía para épocas de escasez y que es la más difícil de eliminar.
En cualquier caso, como decimos, hacen falta más estudios que demuestren estas hipótesis.
Entonces, ¿mejor ducha fría o ducha caliente?
Parece por tanto que lo más inteligente es intentar aprovechar ambas. Una forma de hacerlo es darse duchas frías (o frescas, si no eres tan valiente) por las mañanas, para activarnos, y calientes por las noches, para relajarnos y dormir mejor.
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